jueves, 13 de diciembre de 2012

ISABELITA DEL ALTOZANILLO.....CAPÍTULO XXIV ( Los demás capítulos se pueden ver en julio del 2010)


Dos horas habían pasado desde que tía Isabel se encontró con la partera y la pidió ayuda para poder atender a la Juani en el parto, dos horas   que se les hicieron interminables  a las tres, a la Juani porque era la que sufría los dolores  y a ellas porque querían hacer las cosas lo mejor que podían y no lo tenían fácil, y es que  vieron que yá  desde el principio  venía el parto complicado.  Las dos hicieron lo que pudieron para que la Juani se sintiera atendida,  pero la angustia y los sudores los tenían  todas a la vez,   era un,  aprieta ahora…., venga que ya asoma….Hubo algún momento en que las  miradas que echaba la partera a tía Isabel eran muy reveladoras,se dejaban decir que no la gustaba nada lo que estaba sucediendo…. y para colmo dijo: ¡¡vaya por dios, lo que nos faltaba!!  Ahora trae el cordón liao al cuello…Ahí, tía Isabel, se quedó unos segundos casi sin poder reaccionar, pero santiguándose dijo:  Virgencita de Guadalupe  jechanos una mano…..
Al final la criatura vino al mundo toda moradita dejando oír su llanto,  llanto que  les alegró, y es que después de todo lo que habían pasado y lo complicado que fue la llegada de esta niña, era el mejor sonido que podían oír.
Una niña Juani!!    Mu chiquinina pero mu bonita…. Madre mía que cosina!!
¿tan chequenina es? Decía la Juani.
Mujer, es lo que toca siendo sietemesina, pero bueno… tiempo tendrá de crecer.
La Juani cogió a la pequeña y sin dejar de llorar decía: 
Si paice una muñequina de tán chiquinina que es, si no sabe una ni como cogerla….
Ya engordará mujer, la decía tía Isabel en su afán de darla ánimos  aún sabiendo que razón no la faltaba,  ella  procuró  guardar sus sospechas, ya que no era tan malo que la niña fuera pequeña, ya que era lo más normal  al ser prematura,  como que  la criatura hubiera sufrido algún daño irreversible en el parto  ….
Una vez que estaba aseada  la pequeña  se la llevaron al lado de la madre.... fue entonces cuando tía Isabel se dispuso a coger el caldero con el pienso de la burra para  irse a casa, pensaba  que la Isabelita y Luisito estarían ya  despiertos  e inquietos  al ver que ella no estaba en casa para darles el almuerzo.


Cuando salía por la puerta se encontró con la Milagros que entraba a ver a la Juani, y es que ya  se había corrido la voz por el vecindario de que  la Juani  había tenido  una niña, y así fue como poco a poco iban  llegando para interesarse.
Al poco rato llegó la Amalia  diciendo: ¡¡pero güeno…!!  ¿ qué es lo que te ha pasao Juani, pa que se te jaya  adelantao  tanto …? ¡¡madre mía!!  si ayer cuando emparejé a verte anca Raimundo  estabas tan golloría….  Pa que veamos lo que son las cosas,  quién te iba a decir a ti  cuando  animabas  a la Mari de que el Daniel se iba a la siega pa que no estuviera triste, ibas a estar tú poco endispués  pa que te animaran.... .
Es lo que tienen estas cosas que en un momento  cambia la via, decía la Milagros :   anoche en el fresco estuvimos hasta las tantas, con la cosa de despedir  a  Manolo, es más,  hasta mi Paco tuvo que ajilar  de que se jacia tarde  a los llanos, quería acostarse en la era  porque tenía grano limpio y quería estar al tanto no juera a ser que le pasara como al Cansino  que cuando  jechó mano le habían quitao un buen poco de boruca,  y yo me recogí  bien entrá la noche, y no paice que se encontrara mal, o al menos naide nos dimos cuenta ¡¡la probe, seguro qu´ ha sio por los caldeos de que s´ iba su hombre y se queaba solita con los dos alipendes y encima ya tan´adelantá.
Y acercándose a la Amalia la cuchicheó al oído  para que la Juani no se enterara de lo que decía.   Anoche,   yo me jice la tonta cuando vi como la Juani se jacia la fuerte, pero cuando el Manolín se abrazaba al padre, que paecía una lapa sin querer   desapartarse de su padre diciéndole que le llevara con él, guipé como sacó el moquero pa limpiarse los ojos….. la probe buen avio de caldeo tendría encima.








Cuando tía Isabel pasaba por la plaza empezó a sonar las campanas del reloj del ayuntamiento, contó las diez, Ahora si que no dudaba de que la Isabelita y Luísito estarían levantados procurando por ella. 
Iba  caminando ensimismada en sus pensamientos  camino de casa cuando alguien la llamó desde la plaza. ¡¡Isabel, Isabel!!  Ella miró para atrás para ver de quién se trataba y vio como venía  Luísito de la mano de l la Mari con un plato de churros.
Toda extrañada puso el caldero del pienso en el suelo y se recostó en la pared del comercio de Raimundo  a esperar a que llegaran y la contara qué había pasado para que Luísito viniera con la Mari a esas horas.
 Luísito salió corriendo y se tiró a los brazos de su madre para abrazarla, tía Isabel le dijo: ¡¡Amos, Amos!! ¿Pero tu que jaces con la Marí a estas horas?
Ya vés,  decía la Marí, que no pues faltar de casa….  Cuando estaba barriendo la calle  he visto como salía la Isabelita de casa preguntando por su mama y acto seguío el alipende  éste detrás, y cómo no sabía que decirles me lo he llevao a por los churros, no me paecía bien dejarlos a los dos solitos en casa….
Muchas gracias mujer, no sabes como te lo agradezco…
Y, a tó esto Isabel, ¿ Aonde coño andabas?  porque por lo que veo entovia  tienes el pienso de la burra en el caldero….
Calla, calla…!! Ahora te cuento… y empezó a narrar todo lo que había ocurrido según  iban caminando para casa.
Hay que ver lo que se origina en poco tiempo, decía la Mari, ya me extrañaba ver al par de insurrectos levantaos  sin saber decirme aonde andabas, por eso  ajilé con Luísito a por los churros, no me fiaba ni un pelo dejarlos solitos que aunque la Isabelita paice mu responsable no deja de ser entovía mu chica....

Pues ya sabiendo lo que m´has contao  voy almorzar a escape  pa ir a ver a la Juani, aunque antes pasaré por ancá Raimundo a comprar una libra de chocolate pa dársela, fíjate lo que son las cosas,  ahora aunque quiera dar la noticia a Manolo no lo  pue jacer, y es que…¿a ver aonde coño manda la carta….? Aunque, que te voy a contar a ti.... eso lo sabes tú también como yo,  que iban a Sigüenza  es lo que nos dijeron  pero ni sabemos los amos que van a tener ni señas ni ná de ná…. Hay que ver lo que se empalestra  de un momento a otro,  pero, casi mejor que sea asina ya que el hombre estará más tranquilo, que,  “mal que no veo bien me lo paso”….
 Así seguían ellas hablando del tema sin sospechar que el Manolo ya llevaba su preocupación antes de emprender el viaje.


Tres días estuvo luchando Guadalupe entre la vida y la muerte, al día siguiente de nacer empezó a tener fiebre y así estuvo hasta que su débil cuerpecito no pudo aguantar más,  dejó este mundo sin llegar a conocerlo, ni a él ni a su padre ya que Manolo seguía ignorando que su mujer hubiera dado a luz,  decisión que habían tomado,porque, si ya no se podía hacer nada, para qué preocupar a Manolo, él necesitaba seguir en la siega y no era cosa de que volviera ya que se había desplazado tan lejos....

Fueron momento muy duros los que la  Juani tuvo que pasar cuando oyó  al médico como la decía: Juani no te voy a engañar, esta niña está mu mal y se nos va de las manos…. aunque no sé si no será lo mejor tanto pa ella como pa ti,  piensa que de salir con vida nunca sería una niña normal, y visto lo que hay deberías hablar  con don Lucas pa que la bautice porque si esperamos y se muere no la van a poder dar cristiana sepultura y  no la van a enterrar en el cementerio.... tenemos que estar preparáos pa lo peor.

La Juani se abrazó a la pequeña y en un mar de lágrimas la besaba como si no quisiera creer  lo que terminaba de oír. Tía Pepa, la madre de Juani, que había estado presente, enterada de todo, sin pensarlo dos veces se fue a casa del cura a comentarle lo pasado y preparar el bautizo.
Cuando asomó a la plaza vio que don Lucas paseaba de una lado a otro de la fachada de su casa leyendo el breviario y, allí mismo en la puerta,  se lo comentó y decidieron bautizar a la niña sin demora.
Don Lucas lo que tardó en coger la llave, emprendió el camino hacia la iglesia, pero viendo  como Juanito y Martín  iban con la roanga cogiendo la curva para meterse en  la calle real  les dio el alto : eh!!  ¿Aonde vais tan deprisa…?veniros conmigo que pa eso sois monaguillos que vamos hacer un bautizo. ..
¿un bautizo ahora? Decía Martín y sin ser domingo…

Tía Pepa nada más llegar  a casa envolvió a la niña en una mantilla y se fue hacia la iglesia acompañada de la Amalia que se encontraba en esos momentos haciendo compañía a la Juani.







Guadalupe, que así la pusieron de nombre, duró escasamente dos horas, su respiración poco a poco se fue apagando mientras su madre la abrazaba sin que  pudiera hacer nada para salvar a su pequeña.
En estos momentos tristes,  a la Juani no la faltó el apoyo y el cariño de todo el pueblo, las cintas de color rosa se agotaron en los dos comercios y hubo que echar mano de las cintas blancas y, así,  hechas lazos, las fueron colocando  una a una en la cajita blanca que la había hecho el carpintero cubriendo así el cuerpo de Guadalupe   como si de un manto se tratara.


Ya hacia una semana  desde que tío Luís, junto con los demás segadores, se habían ido a las castillas a segar, tía Isabel no quería decir nada pero ya empezaba a estar caldeá de que aún no había llegado ninguna carta, ni de tío Luís, ni de ningún otro de los que se fueron , ya la parecía demasiado tiempo, y aunque por no preocupar no decía nadas, de vez en cuando la salía un suspiro…..

Este día la Isabelita, teniendo que estar en la escuela de tía Teodora,  llegó a casa corriendo,  extrañada tía Isabel a verla  la dijo:  ¿Y hoy qué mosca t´ha picao pa veniste de la escuela?
Po ná, la decía la Isabelita, que m´entrao ganas de mear.
Y no podías haber entrao en el corral de tía Teodora que has tenio que venir hast´aquí…
Ya t´he dicho mama mil veces que allí no quiero mear que la puerta tiene muchas jiendas y los muchachos cuando entran las muchachas miran por los bujeros.
¡¡Ay que joderse, estos muchachos…!! Pues venga ajila al corral que endispués vas a ir anca el cartero a ver si ha escrito tu padre.
La Isabelita se fue directa al corral…..pero nada más entrar empezó a pedir ayuda.
Mama!!  Ven p´acá a carearme las gallinas que s´han salió del gallinero y está el gallo fuera y se me tira a picar….Iba tía Isabel dispuesta a meter a las gallinas  en el gallinero  cuando vio a tío cartero como estaba dando una carta a la Mari,  no tuvo paciencia y fue a preguntarle si ella también…. pero no la dio tiempo a terminar la pregunta porque vio como el cartero sacaba una carta para dársela.
Mientras tanto se oía la voz de la Isabelita desde el corral pidiendo ayuda a su madre, ¡¡ que vengas mama!! Pero tía Isabel en esos momento se dejó decir ¡¡Que joer…. coje una tarama y ajuchea al gallo, ¡¡que al fin ha escrito tu padre….!!

 





viernes, 2 de noviembre de 2012

NO QUIERO LOS CEMENTERIOS.

Cuando muera, no quiero nichos,
Ni ataúdes que me encierren,
No sé si conseguiría la paz
Metida entre cuatro paredes.

Echad mis cenizas al mar
Y que el aire a mi me empuje
Que ya no seré un náufrago 
ni temeré si el mar me hunde…

Las olas con su vaivén
harán que llegue hasta tierra
y si paseas por la orilla
podré verte muy de cerca,

ya verás como en las aguas
te mandaré una caricia
que hará que tu te estremezcas
igual que si estuviera viva.

martes, 9 de octubre de 2012

MI REFAJO





Hermanita...¡¡no me des calda!!
No ves que estoy arriscándome,
que estrenaré el refajo nuevo
Con el corpiño de encaje.

Ayy!! No te mojines niña chica...
Que estoy una mijina nerviosa
Y no quiero agilar tarde
a la furriona de las mozas,
seguro que más de una
se quearan boca tiesto
guipándome tan despampanante
con el refajo tan bien jecho.
Y es que, la saya negra
la he bordao con amarillo
que paice que haya quitao
a las estrellas su brillo.

¡¡que bonito!!
Tanto, que, ahora mesmo no me pesa
Toa la jupa que me dao
Si hasta cosía por las noche
Con el candilillo al lao,
que los ojos se cansaban
De la diminuta llama
Y el dedal lo jice añicos
De tanto como apretaba.

¡¡Ay hermana!! no me seas niña traviesa...
No juegues con el mandil
que lo vas a zalear
Cuando venga te lo presto
Un ratino para ti.

¡¡ven p´acá!! y deja de hacer ciringoncias...

ves que medias tan bonitas,
me las jizo nuestra abuela
blancas, toas calaitas
Endinante que muriera.
Pobre abuela….!!
Paice que la estuviera viendo
En la sillina de nea.
Moviendo con desparpajo
Las cinco agujas de media.

Ahora solito me quea
Ponerme los abalorios,
Esos pendientes de lazos
Y ese collar tan hermoso.
Ay dios!!
me veo tan peripuesta
que si ayer me dijo guapa
vestía de cualquier manera,
hoy qué no me dirás....
¡¡amor de mis entretelas!!



viernes, 11 de mayo de 2012

TE QUIERO

Por qué te amaré tanto ¡
si tu ausencia me ocasiona
un dolor en mitad del pecho
dime que hay...¿quién lo provoca?

Te lo dije corazón
que nunca te enamoraras
ves lo que te ocurre ¡ loco ¡
que lates deprisa y te cansas

Y es que cuando estoy con él
son más fuertes tus latidos
sobre tí...ya no tengo poder,lo sé
porque eres más suyo que mio

pero no creas que lo siento,es más
compórtate siempre así
sé que no te controlo
pero eso me hace feliz

AÑORANZA

¿Tendría la culpa el granizu
Que derrotó casi toa la cosecha,
Sajandu de un tajo la espiga
... endinates que llegara la siega?
Malos tiempus barruntaste,
Pa que tú, campesinu de sangre,
t´enfurruscaras,
abandonaras yunta y arao,
tó juntitu,
Con el zachu y jocino que tú siempre usabas
Pa cambia´l morral y las´alforjas
Por una vieja y curtía maleta,
Que llenasti con to el jatu nuevo
Que tenías pa arriscarte los día de fiesta.
Y, asina, con ese poquinu equipaje,
Con el alma d´ansia y penita llena,
Dejasti atrás el tu pueblu,
que lloraba pa que tú no te jueras.
Y empalestraste la marcha,
com´hacen las grullas cuando es primavera.
En carrefila los días van pasando
Eso sí, faenando como si en ciudad nacieras
sin qu´ello te ponga contentu
Porque, ni ríes, ni cantas…, sólo suspiras de pena.
Agilas solitu,
D´acá p´allá d´ambulando,
Igualicu que animal escapau
de la jurranchera,
Clisaítu y miarandu a la genti
Que ni miran, ni salúan siquiera
Y es que tus pies están reveníos de pisar el asfalto,
Y caminan con pasitos mú cortus por las´anchas aceras,
Acostumbraos a correr y trotar por el campu,
O pisandu los praos tan verdes, repletos de yerba
Y en medio d´este descalientu,
te salen preguntas…
Y queriendo mirar pa los cielus ,
por ver si recibes respuesta.
No pues guipar ná d´arriba…
ni cielu , ni luna, ni estrellas
Los joíos edificios son tan altus,
que no dejan verlas
Y mirandu las manos,
que aún tienen callos d´apretar el arau con fuerza,
te sale un suspiru,
que deja tu alma ya fuera de pena.
Y racea la alegría,
careando la tristeza que tantu molesta
¡¡AQUÍ DEJU ESTU, NO QUIERO MAS D´ELLA ,
QUE MAÑANA MESMO , AGILO PA MI TIERRA

viernes, 13 de abril de 2012

No me castigues



Hoy h´emparejau a verte
en la juenti de los llanus
Y no solu no has contestau a mi saluo
que ni siquiera m´ has mirau ,
Porque tus ojitos negro
Se clisaron en el suelo
Y el silencio fue mu grande
Ya que tus labios no se abrieron,
Con lo contenta que estabas
Anoche bajo la luna
Gritando a los cuatro vientos
Lo mucho que me querías.
no jagas que piense mal
Y crea que to jue mentira
Porque el beso que me distes
Siento su sabó entovia,
esto m´hace pensar
que alguien t´está malmetiendo
Diciendu que no soy de fiar
Y que pa ti no soy güeno
pero por mucho que oigas chufletear
Que soy gurriato que levanta el vuelo
Y agilo de nio en nio
En cata de amorius nuevos ,
No les´hagas casu, ni les creas,
Que to jesu es aburistar
Ya qu´aonde quiera que m´espeto
decontino en mi pensamiento vas .
Yó t´he prometi querer
Por el resto de mi via
y no eran palabrurías
Que sabía lo que dicía
Asina que no te caldés
Ni jiminclés cuando me ausente,
Que quiero verte reir
si n´hacer casu a la gente.

viernes, 27 de enero de 2012

La Matanza by Filo 1º Premio III Certamen Prosa Luis Chamizo



La Matanza by Filo 1º Premio III Certamen Prosa Luis Chamizo

LA MATANZA

Aquella tarde, si alguien pasaba por el Altozanillo, no jacía falta pasar al rente de la casa del tío Luis y la tía Isabel pa saber qu´al día siguiente tendrían día de matanceo, y era asina, porque ya de lejus, jedía a cebolla, a ajo machacaos y hasta a tripa de vaca... , y no era d´extrañar porque y´había preparau tía Isabel un buen tiestau de cebolla que reposaba picá con sal, en´un baño de barro alvidriao, pa que se quebrantara y estuviera en condiciones pa jacer las morcillas de vientre.

Menuo tute s´habían pegao dambos a dos y tía Julia con ellos, porque otra cosa no sería la tía Julia, pero afaná... ¡¡como naide!! Ella estaba dispuesta a jechar una manu a cualquiera que le jiciera falta, y a más, con mucha aveliá, asina se pasó ella desde que el día raceó, ayuando y desaballando to lo que jiciera falta....

Na más entrar en la casa, en el mesmo zaguan, estaba ya la artesa con patata ya cocía y estrujá por la máquina toa borucá con el pimientón qu´había comprao la tía Isabel antiel anca Raimundo, estaba to amontonau con su color coloraíno esperandu pa remuarse en caracas.

De parte tarde, estaban alreaor de la camilla el cuñao Miguel y el tío Pedro, el padre de tía Isabel, pincandu las migas que servirían p´almorzá el día siguiente. Al tío Pedro to se le volvía coger la badila y jechar firmas al brasero diciendu que n´había manera de entrar en calor, tía Isabel al ver como decía su padre que tenía frio le dijo: Padre, no es normal que esté arrecío, si tengo un brasero que jecha p´atrás, ¿no será que está cojiendu alguna cancamurria y por eso está entelerío? Seguro hija, la decía, porque llevo to el día amormao y no estoy católico....¡¡Pues estamos bien, padre!! Si se pone Vd. malenco, a ver quien lo empalestra too mañana, que no habemos otro matanchin.

Pero tío Pedro se bebió un betujerío que le preparó tía Julia y una pastilla de okal y se desatortojó de su claca, y asina, na de cascarrioso, jechándole reaños al lisque, se espetó a la puerta del parador de su hija bien tempranu, preparau pa jacer tos los oficios que jicieran falta, el día no tenía mu buena pinta, soplaba una buena ventista que dejaba los cuerpos con tiritona... pero él iba mu abrigau; un poco más, y se pone el enjalmo la burra, y es que su mujer le había dejau bien claritu que no quería dolaimas, que viera lo qu´ hacía pero el tiempo no estaba como p´echarselu a broma, y era verdad ya que se guipaban los jastiales nortizus repletus de carámbano y los tejaus se veían blanco de la pelona qu´había caío endinante... Por esu, cuando llegó el hermano del tío Luis, venía echándose el alientu sobre las manos, que salía como si fuera jumo, diciendu: ¡¡Vaya un día perru y malu que vamos a tener...!! Como no se arregle, el sol me paíce que nó lo vamos a catar...Y es que el cielo no eran marañas lo que tenían, si no grandes nubarrones preparaus pa que en cualquier momentu sorprenderles con algún charpazu...

Un ratu endispués llegaron los que faltaban....¡¡Buenos días!! Si a estu se le pué llamar buenos... Y al ver la puerta atrancá no faltó el comentario: ¿Qué os paice la broma? decía el tragaldaba subiéndose el cuello de la pelliza queriendo que le llegara hasta las orejas... ¿Aónde se ha vistu que los invitaus lleguen antes qu´el que convía?... Pero en el inte sonó como se corría el cerrojo p´abrir la puerta....

Amus compadre qu´esto no son maneras.... mia que tenernus a la intemperie con el lisque que corre....

Que desajeraitu eres, seguro que no has jechu na más llegar porque jace mu poquino que m´asomao a la ventana y no he guipao racear a naide, porque asina aonde lo veis h´estao toa la noche de margullo, na más pensandu en el día que m´esperaba.

Endispues de quitarse los tabardos y tomarse su copina de aguardiente agilaron pa la zahurda en cata del guarro.... el pobre animal estaba arrutao ajeno a lo que se le venía encima, pero tos a una se tiraron a rematajina sobre el guarro y entre qu´unos le trincaron por las orejas y otro por el rabo , dejaron al animal acorralau casi sin poerse defender entre gruñíos y forcegueos... Asina, casi a rastra, agilaron con él hasta la mesa matancera y allí pasó lo que tenía que pasar… El largo alfaje llegó hasta el corazón y en pocos minutos estaba el animal achantao, mientras qu´una de las mujeres movía la sangre que caía a un barreño... To esto pasaba entre mirás clisaitas, que no perdían un detalle de la escena, porque allí estaba la sopista de la Isabelita y el caporal de Martín, qu´esa mañana no hubo que llamarles para que se levantaran, ellos solitos se presentaron a guisopear to lo qu´allí pasaba, tomándose el día de fiesta sin ir a la escuela, y aunque les daban algún remetijón y les jucheaban pa que no se pusieran guimiendo con las pavesas que formaban los escobones ardiendo, ellos, allí seguían, aunque estaban enteleríos.

Mientras, el guarro yacía en la mesa matancera con las patas p´arriba ya churramuscao y la jienda del cuchillo tapá ya que le habían jecho una buena jabarría., la tía Julia había preparau un caldero de migas y, ¡¡qué ricas la habían salio!!; no en vano s´había dao una jartá de moverlas, que las tenía mareás. Allí, alreor del caldero estaba to el personal, no s´escapaba el caldero, no, estaban tos como alanos, cuchará viene y cuchará va, entrevolando un ajito asao o una aceituna maltratá, sin olviar la bota llena de pitarra que no la dejaban descansar, Y es que p´eso estaba el cuñao que decía: Trae p´acá el pelleju que mientras hay dos, la bota no tié qu´estar quieta.

Tío Luis al guipar tos los que s´habían juntao decía: Pero si esto ya mesmo lo acabamos...

Pero ya mesmo no, porque el chorizo y alguna caraca fue coser y cantar, ya que no dieron problema, pero cuando llegó la hora de llenar la patatera...¡¡vaya talandango!! La joia, embozaba ca triqui traque la máquina y aquello no se acababa nunca, y pa colmo, la qu´armaron los mondejos… ¡¡aquello sí que iba mal!! aparte de que no pasaba, rompía las tripas, era un desbarajuste... La tía Isabel estaba caldeá y con grandes ajuncos de que veía el mal resultao y viendo que quien había preparau los apañus de los mondejos había sio su marío, fué com´un rejilete p´aonde estaba el tío Luis y tirándole de la chambra con arrapíos le decía: Eres un amoragón y un roatruco que no jaces na medianamente, mira la qu´has liau con las prisas, to por no picar en condiciones los huesos, ¿ves? ¡te crees que por correr se adelanta más, y aquí lo tiene....!

Quien jacía honor a su mote era su vecino, el morralón, que puestu alreor de la chosca no dejaba d´asar en las brasas buenas presas de carne y manguillo que se le oía decontino ñascar, tenía lo mesmo de rajamanta que de biznago, por eso, dado a su talla, no se vio libre de ir colgando en la enramá to lo que l´iban jaciendo.

Asina, entre ratus de caldeo y otros de buena caraba el tío Luis y la tía Isabel juntaron buena carrefila de colgaeros que les serviría p´apañar la comía de mucho tiempu.

martes, 24 de enero de 2012

RELATOS CORTOS

LA PROMESA




Con el lisque tempranero, agilaba tío José a patacajones en su burra dispuestu á carpantear sus tierras posias. Tó los días se encaminaba por las bocacalles d'ajuera, asina evitaba racear las que estaban a tentebonete, dicía qu'a la burra la lucía cagarse en tó lo recién barrío y aluego, él se las tenía que ver con rabúas mujeres con grandes caldeos, enforruscás al guipar sus puertas emporcás con rechiflantes cagajones.

Pero la necesiá le jizo recular p'atrás, y al llegar a su puerta s´apeó de la burra, ató el cabresto a una argolla del jastial y entró con mucho sigilo, directo pa las cantaeras en busca de la fusca que quería…aprovechó el morral con la boruca que colgaba por un lau de la albarda y sin titubeos, lo que jizu jué metelu en el inte, aluego aspiró jondu ufano porque l´había conseguío sin que la tía Petra lo barruntara.

Tía Petra, desde el doblao, guipó a tío José e'nún cancho encaramándose a la burra y l'espetó:



- ¡¡Maríu!! ¿Qu´ha sío lo que se t´alviau qu´has güeltu p´atrá?

Cuandu tío José miró p´arriba y vió a su mujer pensó pa sus adentros:"Por cuantu se l´había d´haber escapau. Mira que es larga la joía mujer".Sabía qu´algo tenía que dicil.

- ¡¡Pó ná de importancia mujer…quéate tranquila!!



Y agiló de nuevu calle abajo pa la jesilla.

En ná que llegó, despojó al jumento de la albarda y tos los aparejos, y los colocó al cobijo d´un chufardo qu' había jecho al socuello de dos chaparros. Al ver a su chufletero vecino de linde agazapaíno tras un peñasco, to acurrucau y con una estaca en la mano, le dijo:



- ¡¡Pero Bartolo..!! ¿qué jaces asina, con esa tranca y en ese escondiche?

- ¡¡Cállate joer!! Que me lo espantas, qu´endinante he visto racear a un coneju y he guipao como se metía detrás de esas machorras.

- Asina que le tienes echáu el oju a un coneju desde lo lejus…¡¡No séas ceporro rediez!! Qu' ahí, aonde estás, no va a venir. Asina que espabila, que paices tú el animal asustao endetrás de la jurranchera….

- ¡¡Serás cascarrioso!! Agila aonde l´has visto racear y si quieres te jeche una manu y t´ayúe en jacer el trabaju, tendrá que ser bien pagau, y que menus que partir el coneju, una mitad pa cá uno, ya sabes el tratu. Esu, o te deju solitu, asina asustau.

- José, José, ¡joío polalma! No me vengas con envidia y ojerizas que si lo sé no te cuentu.

- Bartolo, ¡¡coile!! no creas que soy tan reveníu, sólo era una sanjuaná. Aunque una cosa te voy a dicir: asina, detrás y con un palu, me paice a mí vas a cazar tú mu pocu. Asina que ten allá ese sacu, y amus p´allá, y si vemus una madriguera pué ser que jaya algo, pero como furaco no haiga, te digo yo a ti, que eso que has visto racear a saber p´aónde habrá ío a parar.

Endispués había que verles a d´ambos dos agilar en carrefila, dando tranquillones con gran tolondogo, sin apenas respirar p´aonde estaba la machorra. El costal lo llevaba el Bartolo con la boca bien espampaná, empalestrándolo pa ponerlo en la jienda de la jurranchera. Endispués al llegar al sitiu dambos dos se quearon plantaos como bocatiesto al ver que allí no había ningún furaco, ni grande ni chicu, to lo que apaeció fue un delavón, que al notar ruío endilgó la juía arrastrándose y anaína si se mete en tós los pezuños del Bartolo. Menu mal que sólo le tocó de raspajilón y en el inte cogió tío José un peñascu y del chamcharazu que le jarreó le dejú con el bandul changurriao.

Pero tío José, que era mu guasón, en el caminu de güelta, en carrefila tras el Bartolo, cogió unas retamas qu'había por allí y l'atizó de refilón los zancajos, y empezó a gritar:¡¡velequile, velaile va!!

El Bartolo se puso colorao y con ajuncos, y en el inte, como un abanto, se tiró de bruce abrazándose con jansia al escobón que l´ había tirau a sus carcañales deseoso de que no se escapara el coneju. Endispués del chasco que se llevó, y al ver la broma que l´había gastau, se queó clisaito mirandu a tío José cabreau y dando arrapios.

Tío José, asina riendu decía:



- ¡Po no que m'estaba ya relamiendo ese arroz tan güeno con guiso de tu coneju! Asina que visto lo visto, jarreemos con los achiperres y empezaremus a lo que jemo veníu; a ver si achiscamos ya esto. La carpanta tardó poco en empalestrarse, y la sopista la burra no jacía gurrifatos con la besana. Asina pasaron dos horas, lo justito pa darse un merecío alivio. Por eso encabestró la burra al chaparro que aguantaba el chufardo, y se fue mu contentu, como un rasilete hacia el morral, a por lo que cogió endinantes de las cantaera: su paquete de picaúra. Tío José estaba enarbolaíto por jumarse un cigarrillo. Aunque con güena intenciones, la noche de ante, había prometió a su mujer que iba a dejar de jumar, y no veas lo chispoleta que se puso ella…

Pero algo falló cuando fue a echar mano al chisquero y vió que no estaba: "¡la madre de los acereones, que no traigo lumbre!! Y se espetó pa'onde estaba el Bartolo pa que le diera lumbre, el cual le mentó que el no jumaba y que no solía llevar. Asina que tío José se tuvo que retrancar, y al llegar, se llevó un sobresalto al ver la mocha la burra toa metía en el morral comiéndose la boruca, con la picaúra dentro. Por más que cogió carrenderilla por ver si conseguía salvarlu, no puo ser.



- ¡¡Ay que joerse!! Que destrosu…¿y ajora que jagu? Lo que ha liao la burra de los cojones…..Toitu está perdiu,…aunque bien mirau me está bien empleau, seguro qu´ha siu castigo de Dios por´haber síu tan malu.

Los ánimos de tío Jose s' arrengaron y cavilando pa sus adentros decía: “Algo bueno me tiene que enseñar tó esto a mí, y será, que si algo prometu, es de honrao no andar con trapacerías,…Mientras tanto, la carpanta seguía jincándose en la tierra. Anaína, la noche empezó a racear y mezuquear por las jesillas.