
La Matanza by Filo 1º Premio III Certamen Prosa Luis Chamizo
LA MATANZA
Aquella tarde, si alguien pasaba por el Altozanillo, no jacía falta pasar al rente de la casa del tío Luis y la tía Isabel pa saber qu´al día siguiente tendrían día de matanceo, y era asina, porque ya de lejus, jedía a cebolla, a ajo machacaos y hasta a tripa de vaca... , y no era d´extrañar porque y´había preparau tía Isabel un buen tiestau de cebolla que reposaba picá con sal, en´un baño de barro alvidriao, pa que se quebrantara y estuviera en condiciones pa jacer las morcillas de vientre.
Menuo tute s´habían pegao dambos a dos y tía Julia con ellos, porque otra cosa no sería la tía Julia, pero afaná... ¡¡como naide!! Ella estaba dispuesta a jechar una manu a cualquiera que le jiciera falta, y a más, con mucha aveliá, asina se pasó ella desde que el día raceó, ayuando y desaballando to lo que jiciera falta....
Na más entrar en la casa, en el mesmo zaguan, estaba ya la artesa con patata ya cocía y estrujá por la máquina toa borucá con el pimientón qu´había comprao la tía Isabel antiel anca Raimundo, estaba to amontonau con su color coloraíno esperandu pa remuarse en caracas.
De parte tarde, estaban alreaor de la camilla el cuñao Miguel y el tío Pedro, el padre de tía Isabel, pincandu las migas que servirían p´almorzá el día siguiente. Al tío Pedro to se le volvía coger la badila y jechar firmas al brasero diciendu que n´había manera de entrar en calor, tía Isabel al ver como decía su padre que tenía frio le dijo: Padre, no es normal que esté arrecío, si tengo un brasero que jecha p´atrás, ¿no será que está cojiendu alguna cancamurria y por eso está entelerío? Seguro hija, la decía, porque llevo to el día amormao y no estoy católico....¡¡Pues estamos bien, padre!! Si se pone Vd. malenco, a ver quien lo empalestra too mañana, que no habemos otro matanchin.
Pero tío Pedro se bebió un betujerío que le preparó tía Julia y una pastilla de okal y se desatortojó de su claca, y asina, na de cascarrioso, jechándole reaños al lisque, se espetó a la puerta del parador de su hija bien tempranu, preparau pa jacer tos los oficios que jicieran falta, el día no tenía mu buena pinta, soplaba una buena ventista que dejaba los cuerpos con tiritona... pero él iba mu abrigau; un poco más, y se pone el enjalmo la burra, y es que su mujer le había dejau bien claritu que no quería dolaimas, que viera lo qu´ hacía pero el tiempo no estaba como p´echarselu a broma, y era verdad ya que se guipaban los jastiales nortizus repletus de carámbano y los tejaus se veían blanco de la pelona qu´había caío endinante... Por esu, cuando llegó el hermano del tío Luis, venía echándose el alientu sobre las manos, que salía como si fuera jumo, diciendu: ¡¡Vaya un día perru y malu que vamos a tener...!! Como no se arregle, el sol me paíce que nó lo vamos a catar...Y es que el cielo no eran marañas lo que tenían, si no grandes nubarrones preparaus pa que en cualquier momentu sorprenderles con algún charpazu...
Un ratu endispués llegaron los que faltaban....¡¡Buenos días!! Si a estu se le pué llamar buenos... Y al ver la puerta atrancá no faltó el comentario: ¿Qué os paice la broma? decía el tragaldaba subiéndose el cuello de la pelliza queriendo que le llegara hasta las orejas... ¿Aónde se ha vistu que los invitaus lleguen antes qu´el que convía?... Pero en el inte sonó como se corría el cerrojo p´abrir la puerta....
Amus compadre qu´esto no son maneras.... mia que tenernus a la intemperie con el lisque que corre....
Que desajeraitu eres, seguro que no has jechu na más llegar porque jace mu poquino que m´asomao a la ventana y no he guipao racear a naide, porque asina aonde lo veis h´estao toa la noche de margullo, na más pensandu en el día que m´esperaba.
Endispues de quitarse los tabardos y tomarse su copina de aguardiente agilaron pa la zahurda en cata del guarro.... el pobre animal estaba arrutao ajeno a lo que se le venía encima, pero tos a una se tiraron a rematajina sobre el guarro y entre qu´unos le trincaron por las orejas y otro por el rabo , dejaron al animal acorralau casi sin poerse defender entre gruñíos y forcegueos... Asina, casi a rastra, agilaron con él hasta la mesa matancera y allí pasó lo que tenía que pasar… El largo alfaje llegó hasta el corazón y en pocos minutos estaba el animal achantao, mientras qu´una de las mujeres movía la sangre que caía a un barreño... To esto pasaba entre mirás clisaitas, que no perdían un detalle de la escena, porque allí estaba la sopista de la Isabelita y el caporal de Martín, qu´esa mañana no hubo que llamarles para que se levantaran, ellos solitos se presentaron a guisopear to lo qu´allí pasaba, tomándose el día de fiesta sin ir a la escuela, y aunque les daban algún remetijón y les jucheaban pa que no se pusieran guimiendo con las pavesas que formaban los escobones ardiendo, ellos, allí seguían, aunque estaban enteleríos.
Mientras, el guarro yacía en la mesa matancera con las patas p´arriba ya churramuscao y la jienda del cuchillo tapá ya que le habían jecho una buena jabarría., la tía Julia había preparau un caldero de migas y, ¡¡qué ricas la habían salio!!; no en vano s´había dao una jartá de moverlas, que las tenía mareás. Allí, alreor del caldero estaba to el personal, no s´escapaba el caldero, no, estaban tos como alanos, cuchará viene y cuchará va, entrevolando un ajito asao o una aceituna maltratá, sin olviar la bota llena de pitarra que no la dejaban descansar, Y es que p´eso estaba el cuñao que decía: Trae p´acá el pelleju que mientras hay dos, la bota no tié qu´estar quieta.
Tío Luis al guipar tos los que s´habían juntao decía: Pero si esto ya mesmo lo acabamos...
Pero ya mesmo no, porque el chorizo y alguna caraca fue coser y cantar, ya que no dieron problema, pero cuando llegó la hora de llenar la patatera...¡¡vaya talandango!! La joia, embozaba ca triqui traque la máquina y aquello no se acababa nunca, y pa colmo, la qu´armaron los mondejos… ¡¡aquello sí que iba mal!! aparte de que no pasaba, rompía las tripas, era un desbarajuste... La tía Isabel estaba caldeá y con grandes ajuncos de que veía el mal resultao y viendo que quien había preparau los apañus de los mondejos había sio su marío, fué com´un rejilete p´aonde estaba el tío Luis y tirándole de la chambra con arrapíos le decía: Eres un amoragón y un roatruco que no jaces na medianamente, mira la qu´has liau con las prisas, to por no picar en condiciones los huesos, ¿ves? ¡te crees que por correr se adelanta más, y aquí lo tiene....!
Quien jacía honor a su mote era su vecino, el morralón, que puestu alreor de la chosca no dejaba d´asar en las brasas buenas presas de carne y manguillo que se le oía decontino ñascar, tenía lo mesmo de rajamanta que de biznago, por eso, dado a su talla, no se vio libre de ir colgando en la enramá to lo que l´iban jaciendo.
Asina, entre ratus de caldeo y otros de buena caraba el tío Luis y la tía Isabel juntaron buena carrefila de colgaeros que les serviría p´apañar la comía de mucho tiempu.
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