Dos horas habían pasado desde que tía Isabel se encontró con
la partera y la pidió ayuda para poder atender a la Juani en el parto, dos
horas que se les hicieron interminables
a las tres, a la Juani porque era la que
sufría los dolores y a ellas porque querían
hacer las cosas lo mejor que podían y no lo tenían fácil, y es que vieron que yá desde el principio venía el parto complicado. Las dos hicieron lo que pudieron para que la
Juani se sintiera atendida, pero la
angustia y los sudores los tenían todas
a la vez, era un,
aprieta ahora…., venga que ya asoma….Hubo algún momento en que las miradas que echaba la partera a tía Isabel
eran muy reveladoras,se dejaban decir que no la gustaba nada lo que estaba sucediendo…. y para colmo dijo: ¡¡vaya por dios, lo que nos faltaba!! Ahora trae el cordón liao al cuello…Ahí,
tía Isabel, se quedó unos segundos casi sin poder reaccionar, pero santiguándose
dijo: Virgencita de Guadalupe jechanos una mano…..
Al final la criatura vino al mundo toda moradita dejando oír
su llanto, llanto que les alegró, y es que después de todo lo que
habían pasado y lo complicado que fue la llegada de esta niña, era el mejor
sonido que podían oír.
Una niña Juani!! Mu chiquinina pero mu bonita…. Madre mía que
cosina!!
¿tan chequenina es? Decía la Juani.
Mujer, es lo que toca siendo sietemesina, pero bueno… tiempo
tendrá de crecer.
La Juani cogió a la pequeña y sin dejar de llorar
decía:
Si paice una muñequina de tán chiquinina que es, si no sabe
una ni como cogerla….
Ya engordará mujer, la decía tía Isabel en su afán de darla
ánimos aún sabiendo que razón no la
faltaba, ella procuró guardar sus sospechas, ya que no era
tan malo que la niña fuera pequeña, ya que era lo más normal al ser prematura, como que la criatura hubiera sufrido algún daño irreversible
en el parto ….
Una vez que estaba aseada la pequeña se la llevaron al lado de la madre.... fue entonces cuando tía Isabel se dispuso a coger el caldero con el pienso de la burra para irse a casa, pensaba que la Isabelita y Luisito estarían ya despiertos
e inquietos al ver que ella no
estaba en casa para darles el almuerzo.
Cuando salía por la puerta se encontró con la Milagros que entraba a ver a la Juani, y es que ya se había corrido la voz por el vecindario de que la Juani había tenido una niña, y así fue como poco a poco iban llegando para interesarse.
Al poco rato llegó la Amalia diciendo: ¡¡pero güeno…!! ¿ qué es lo que te ha pasao Juani, pa que se
te jaya adelantao tanto …? ¡¡madre mía!! si ayer cuando emparejé a verte anca Raimundo estabas tan golloría…. Pa que veamos lo que son las cosas, quién te
iba a decir a ti cuando animabas a la Mari de que el Daniel se iba a la siega pa
que no estuviera triste, ibas a estar tú poco endispués pa que te animaran.... .
Es lo que tienen estas cosas que en un momento cambia la
via, decía la Milagros : anoche en el fresco estuvimos hasta las tantas,
con la cosa de despedir a Manolo, es más, hasta mi Paco tuvo que ajilar de que se jacia tarde a los llanos, quería acostarse en la era porque tenía grano limpio y quería estar al
tanto no juera a ser que le pasara como al Cansino que cuando jechó mano le habían quitao un buen poco de
boruca, y yo me recogí bien entrá
la noche, y no paice que se encontrara mal, o al menos naide nos dimos cuenta
¡¡la probe, seguro qu´ ha sio por los caldeos de que s´ iba su hombre y se
queaba solita con los dos alipendes y encima ya tan´adelantá.
Y acercándose a la Amalia la cuchicheó al oído para que la Juani no se enterara de lo que decía. Anoche, yo me jice la tonta cuando vi como la Juani se
jacia la fuerte, pero cuando el Manolín se abrazaba al padre, que paecía una
lapa sin querer desapartarse de su padre diciéndole que le
llevara con él, guipé como sacó el moquero pa limpiarse los ojos….. la probe
buen avio de caldeo tendría encima.
Cuando tía Isabel pasaba por la plaza empezó a sonar las campanas
del reloj del ayuntamiento, contó las diez, Ahora si que no dudaba de que la
Isabelita y Luísito estarían levantados procurando por ella.
Iba caminando ensimismada en sus pensamientos camino de casa cuando alguien la llamó desde
la plaza. ¡¡Isabel, Isabel!! Ella miró
para atrás para ver de quién se trataba y vio como venía Luísito de la mano de l la Mari con un plato de
churros.
Toda extrañada puso el caldero del pienso en el suelo y se
recostó en la pared del comercio de Raimundo
a esperar a que llegaran y la contara qué había pasado para que Luísito
viniera con la Mari a esas horas.
Luísito salió
corriendo y se tiró a los brazos de su madre para abrazarla, tía Isabel le dijo:
¡¡Amos, Amos!! ¿Pero tu que jaces con la Marí a estas horas?
Ya vés, decía la
Marí, que no pues faltar de casa….
Cuando estaba barriendo la calle
he visto como salía la Isabelita de casa preguntando por su mama y acto
seguío el alipende éste detrás, y cómo
no sabía que decirles me lo he llevao a por los churros, no me paecía bien
dejarlos a los dos solitos en casa….
Muchas gracias mujer, no sabes como te lo agradezco…
Y, a tó esto Isabel, ¿ Aonde coño andabas? porque por lo que veo entovia tienes el pienso de la burra en el caldero….
Calla, calla…!! Ahora te cuento… y empezó a narrar todo lo
que había ocurrido según iban caminando
para casa.
Hay que ver lo que se origina en poco tiempo, decía la Mari,
ya me extrañaba ver al par de insurrectos levantaos sin saber decirme aonde andabas, por eso ajilé con Luísito a por los churros, no me
fiaba ni un pelo dejarlos solitos que aunque la Isabelita paice mu responsable
no deja de ser entovía mu chica....
Pues ya sabiendo lo que m´has contao voy almorzar a escape pa ir a ver a la Juani, aunque antes pasaré por ancá Raimundo a comprar una libra de chocolate pa dársela, fíjate lo que son las cosas, ahora aunque quiera dar la noticia a Manolo no lo pue jacer, y es que…¿a ver aonde coño manda la carta….? Aunque, que te voy a contar a ti.... eso lo sabes tú también como yo, que iban a Sigüenza es lo que nos dijeron pero ni sabemos los amos que van a tener ni señas ni ná de ná…. Hay que ver lo que se empalestra de un momento a otro, pero, casi mejor que sea asina ya que el hombre estará más tranquilo, que, “mal que no veo bien me lo paso”….
Así seguían ellas hablando
del tema sin sospechar que el Manolo ya llevaba su preocupación antes de
emprender el viaje.
Tres días estuvo luchando Guadalupe entre la vida y la muerte, al día siguiente de nacer empezó a tener fiebre y así estuvo hasta que su débil cuerpecito no pudo aguantar más, dejó este mundo sin llegar a conocerlo, ni a él ni a su padre ya que Manolo seguía ignorando que su mujer hubiera dado a luz, decisión que habían tomado,porque, si ya no se podía hacer nada, para qué preocupar a Manolo, él necesitaba seguir en la siega y no era cosa de que volviera ya que se había desplazado tan lejos....
Fueron momento muy duros los que la Juani tuvo que pasar cuando oyó al médico como la decía: Juani no te voy a engañar, esta niña está mu mal y se nos va de las manos…. aunque no sé si no será lo mejor tanto pa ella como pa ti, piensa que de salir con vida nunca sería una niña normal, y visto lo que hay deberías hablar con don Lucas pa que la bautice porque si esperamos y se muere no la van a poder dar cristiana sepultura y no la van a enterrar en el cementerio.... tenemos que estar preparáos pa lo peor.
La Juani se abrazó a la pequeña y en un mar de lágrimas la besaba como si no quisiera creer lo que terminaba de oír. Tía Pepa, la madre de Juani, que había estado presente, enterada de todo, sin pensarlo dos veces se fue a casa del cura a comentarle lo pasado y preparar el bautizo.
Cuando asomó a la plaza vio que don Lucas paseaba de una lado a otro de la fachada de su casa leyendo el breviario y, allí mismo en la puerta, se lo comentó y decidieron bautizar a la niña sin demora.
Don Lucas lo que tardó en coger la llave, emprendió el camino
hacia la iglesia, pero viendo como Juanito
y Martín iban con la roanga cogiendo la
curva para meterse en la calle real les dio el alto : eh!! ¿Aonde vais tan deprisa…?veniros conmigo que
pa eso sois monaguillos que vamos hacer un bautizo. ..
¿un bautizo ahora? Decía Martín y sin ser domingo…
Tía Pepa nada más llegar a casa envolvió a la niña en una mantilla y se fue hacia la iglesia acompañada de la Amalia que se encontraba en esos momentos haciendo compañía a la Juani.
Guadalupe, que así la pusieron de nombre, duró escasamente dos
horas, su respiración poco a poco se fue apagando mientras su madre la abrazaba
sin que pudiera hacer nada para salvar a
su pequeña.
En estos momentos tristes, a la Juani no la faltó el apoyo y
el cariño de todo el pueblo, las cintas de color rosa se agotaron en los dos
comercios y hubo que echar mano de las cintas blancas y, así, hechas lazos, las fueron colocando una a una en la cajita blanca que la había
hecho el carpintero cubriendo así el cuerpo de Guadalupe como si
de un manto se tratara.
Ya hacia una semana desde que tío Luís, junto con los demás segadores, se habían ido a las castillas a segar, tía Isabel no quería decir nada pero ya empezaba a estar caldeá de que aún no había llegado ninguna carta, ni de tío Luís, ni de ningún otro de los que se fueron , ya la parecía demasiado tiempo, y aunque por no preocupar no decía nadas, de vez en cuando la salía un suspiro…..
Este día la Isabelita, teniendo que estar en la escuela de tía Teodora, llegó a casa corriendo, extrañada tía Isabel a verla la dijo: ¿Y hoy qué mosca t´ha picao pa veniste de la escuela?
Po ná, la decía la Isabelita, que m´entrao ganas de mear.
Y no podías haber entrao en el corral de tía Teodora que has
tenio que venir hast´aquí…
Ya t´he dicho mama mil veces que allí no quiero mear que la
puerta tiene muchas jiendas y los muchachos cuando entran las muchachas miran
por los bujeros.
¡¡Ay que joderse, estos muchachos…!! Pues venga ajila al
corral que endispués vas a ir anca el cartero a ver si ha escrito tu padre.
La Isabelita se fue directa al corral…..pero nada más entrar
empezó a pedir ayuda.
Mama!! Ven p´acá a
carearme las gallinas que s´han salió del gallinero y está el gallo fuera y se
me tira a picar….Iba tía Isabel dispuesta a meter a las gallinas en el gallinero cuando vio a tío cartero como estaba dando
una carta a la Mari, no tuvo paciencia y
fue a preguntarle si ella también…. pero no la dio tiempo a terminar la pregunta
porque vio como el cartero sacaba una carta para dársela.
Mientras tanto se oía la voz de la Isabelita desde el corral
pidiendo ayuda a su madre, ¡¡ que vengas mama!! Pero tía Isabel en esos momento
se dejó decir ¡¡Que joer…. coje una tarama y ajuchea al gallo, ¡¡que al fin ha
escrito tu padre….!!